13 nov 2011

arteMisterio
















Alguna vez me llamó la atención que más allá de mostrar la belleza (lugar común de las artes en general) algunos autores buscaron mostrar los infiernos por los que transita muchas veces el ser humano.
Y nacieron genios tales como Goya, El Bosco, Antonio Berni ... y tantos otros.
El mundo con sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad siguió convulsionado a pesar de los inmensos esfuerzos de personalidades únicas.
Las vanguardias denunciaron un orden que se caía a pedazos y propusieron infinidad de alternativas que llegaron más o menos lejos pero que articularon el siglo en el cual vivimos hasta hace poco...
La comunicación y su teoría todo lo tiñó y pareció en los últimos 30 años que TODO era comunicación.
Entonces el arte se involucró en el discurso... Había que comunicar. Y el diseño y el arte perdieron su frontera... (si es que alguna vez la hubo).
Pero un día leí una frase de James Joyce... "He puesto tantos enigmas y puzzles que van a mantener ocupados a los catedráticos durante siglos debatiendo sobre lo que yo quería decir, y esta es la única manera de asegurarme la inmortalidad"... (Se refería al "Ulysses").
Y otra de Guillermo Roux... "Odio el arte en el cual todo es explicito, el arte debe tener misterio..."
De un modo o de otro, el arte siempre guarda sentidos, significados, lecturas diversas que van mucho más allá de la comprensión de un pequeño entorno (el mundo) o una época (digamos, la posmodernidad).
Celebremos los cuadros que nos regalan preguntas, las poesías que nos transportan sin que sepamos por qué, las esculturas con las cuales nos identificamos aunque nos separen siglos de sus autores, las novelas que estructuran nuestra vida sin que sepamos cuándo comenzó a suceder con demasiada precisión...
El arte es ese bosque en el cual entramos y en el cual disfrutamos estar. Quizás una vez adentro descubramos un río, uno o varios lagos, la luna entre los árboles... y nos lleve la vida decodificar el mensaje... pero un segundo comenzar a vivirlo.