25 mar 2012

crearENcolaboración















Mientras el arte fue de todos, la firma no tuvo importancia. Tampoco la individualidad.
El arte era la fiesta de todos. El ritual del crear a imagen del Creador y compartir todos esa creación, realidad modificada, resignificada, reformulada desde la experiencia de un grupo de personas que en su paso por esta tierra creaban un extraño y bello fruto llamado "cultura".
Un creciente individualismo en los últimos 500 años hizo que, primero, valoráramos y prestigiáramos al "genio" que era capaz de hacer para el resto con maestría un "objeto único" llamado obra de arte. Y eso cotizó en la bolsa de los codiciosos como mercancía inigualable... Extrañamente el pobre de Van Gogh que tanto hambre pasó, terminó siendo el autor de una obra que se vendió por algo así como 74 millones de dólares.
No. Esos lirios no tienen precio. Esos lirios azules con maravillosos violetas creados en un mar de angustias no tienen valor económico. Y tampoco califican para una competencia donde el "tener" es la consigna.
Ese individualismo, acompañado por una búsqueda insaciable de novedad, de algo que pudiera correr al ritmo de una sociedad capitalista absolutamente descontrolada por el consumo dejó ver su abismo de vacío.
Basta.
Los artistas, despacito, se fueron  dando cuenta que "crear con el otro" es MUY importante.
Y nacieron los "colectivos" de artistas.
Y las "obras en progreso" en las cuales el público incide definitivamente.
Y nacieron las "obras en colaboración". Dos artistas que, juntos, conciben planifican y ejecutan para luego mostrar al mundo lo que sus almas son capaces de hacer (con la ayuda de sus manos).
Ya no es más importante la idea de "genialidad" sino la de la sintonía, empatía, sinergia... que, fluyendo, cambian el entorno porque cambian sus espíritus alimentándose con lo bello recibido, con la obra creada.
Hay algo que descubrir en la palabra "nosotros". Los antiguos lo sabían, honremos esas memorias que dejaron mensajes permanentes para iluminar (más allá de las épocas y modas) las vidas de la humanidad naciente de todos los tiempos.
Quizás los arquetipos de Jung sean eso... la identificación del "nosotros" más allá de todas las barreras.