Leí la palabra "cuadro" y me pareció tremendamente obsoleta.
Como la palabra "canción" o "casa" o "película".
Somos creadores de imágenes.
Pintores, escultores, dibujantes, cineastas, escritores, músicos, diseñadores, arquitectos...
Todos creadores de imágenes.
Imágenes que son reflejos débiles (o hasta increíblemente poderosos) de arquetipos.
Que son voces del ser.
Que son combinaciones únicas de estímulos multidimensionales, semánticamente infinitos...
Creamos imágenes que nunca nacen de la nada, que siempre evidencian el Todo.
Que trascienden los pequeñísimos campos que, infructuosamente, definen las que quieren llamarse "disciplinas". Disciplinas para qué?
Para poner anteojeras al pensamiento?
Para "urbanizar" la creación?
Julio llamaba al diccionario "el cementerio". Eso es lo que hace la cultura tantas veces: matar los impulsos vitales institucionalizándolos.
El arte y la creación en general tienen esta característica única: estar vivos. En cambio permanente.
Lo que se cristaliza, muere.
Tantos hombres viven en la ilusión de que rigidizando las cosas estarán seguros.
Eso nunca fue así. Y en el terreno de la creación, menos.
Cuando imagino, creo imágenes. Late mi alma en esa imaginación. Y la de todos en las imágenes creadas.
