27 jul 2011

crearAmor























Cuando Dios nos creó a su imagen y semejanza nos dió su capacidad de crear. Posiblemente el don más preciado. El que nos permite crecer en diálogo con nuestras propias creaciones.

Podemos crear obras de todo tipo, podemos pro-crear y sobre todo crear situaciones humanas. 

A las obras no vale la pena enumerarlas, son conocidas por todos en este mundo.
La pro-creación es la que nos ha permitido llegar hasta aquí compartiendo como especie el don maravilloso que es dar vida.
Pero me parece que es bueno reflexionar sobre la tercera: la de crear situaciones humanas.

"En el ocaso de nuestras vidas seremos juzgados en el Amor".
"Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a tí mismo".
"No hay amor más grande que el que da la vida por los amigos".

Son muchas las citas que vienen a mi memoria al tratar de clarificar cómo crear estas situaciones humanas, pero posiblemente la más fuerte sea la de San Pablo:

"Si no tengo Amor, no soy nada".

Con el perdón de tantos otros autores que participaron en la escritura de la Biblia, me parece que nadie como el Apóstol que tuvo que "caerse del caballo" y quedarse ciego para "ver" la Verdad, pudo explicarnos el Amor (con mayúscula) mejor:

Así:

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,
no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido,
no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá;
porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño,
pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.


Ojalá podamos, en todas nuestras realidades, crear este amor al que Pablo nos invita. 

(Arriba: La vocación de San Pablo del genial Caravaggio).

26 jul 2011

Creativo Críptico Conectado
















A partir de algunos textos que estuve leyendo me surgió la siguiente idea: respecto de la creatividad (como de todas las cosas) cada persona debería tomar posición para poder vivir más conscientemente.
Ser creativo o no... de qué manera, con qué intensidad, en qué circunstancias...

Al pensar en mi propia producción pensé que quiero ser Creativo, Críptico y Conectado.

Creativo:
Modificarme a mí mismo. Buscar formas alternativas para la creación. Interactuar con lo que está en cambio en la cultura. Pensar lo principal y lo accesorio como variables para la creación. Percibir lo esencial y diferenciarlo de lo secundario para ubicarlos en una escala coherente. Descubrir y comprender cuáles son mis elementos para crear y aprender a usarlos (y luego usarlos efectivamente para sacar el mayor provecho de ellos). Identificar las oportunidades y valorarlas razonablemente. Nadar en mi propio proceso creativo con fluidez.

Críptico:
Trabajar con un tipo de obra que contenga misterio. Que ofrezca posibilidades no evidentes. Que requiera una sintonía fina del espectador atento. Que su decodificación implique la voluntad. Que su potencia y su riqueza esté en los múltiples niveles de lectura potenciales. Que sea el terreno de confluencia de muchas dimensiones de la persona. Que cuestione la cultura pero dejando preguntas (y no respuestas cerradas). Que proponga un diálogo del espectador consigo mismo y con sus pares.

Conectado:
Que surja de la lectura de la realidad. Que tenga profundidad. Que bucee en el Ser intentando descubrir lo eterno en lo temporal, lo absoluto en lo relativo, lo subyacente en lo evidente, lo valioso sobre lo superfluo, lo continuo sobre lo accidental. Que ponga en obra las ideas más interesantes que fluyen en el inconsciente colectivo (que es nuestro inconsciente compartido).

23 jul 2011

desautomatizar la percepción













Leyendo un artículo sobre David Byrne en la Revista "Ñ" pude cerrar un concepto que sin forma estaba en mi mente desde hace años.
El músico recorre, comenta, interactúa... vive.
Genera cultura e interactúa con todas las culturas posibles...
Pero eso no es lo notable, ya que lo hace mucha gente. Lo interesante es su actitud, su "indiferencia creativa" que se desplaza con la velocidad de la bicicleta (Mayor que el caminar, menor que el de andar en medios de transporte automotores...).
Esa velocidad, esa mirada "escaneando" todo pero con disfrute no desprovisto de pensamiento crítico es una línea tan fina y sutil que seguramente deriva en sus obras (múltiples en formatos y estilos... como la humanidad misma) desde un alma más que sensible que se deja ver en esa mirada como "perdida" que suele llevar. Por supuesto es que si hay algo que David no está es perdido.
El periodista, al pasar, menciona su proceso como la "desautomatización de la percepción".
Impecable...  Para pensar... ¿no?