6 may 2012













Cómo explicar la génesis del acto creativo?
Diciendo que nace de las tripas?
Explicando que se da un golpe al vacío tratando de resolver preguntas antiguas como la humanidad y aún sin respuesta?
Quizás haciendo la confidencia de que hay un íntimo acto de fe en la creencia de que el crear mejora las cosas?  
Que el arte en su brevísimo, fugaz contacto con la belleza nos trae el destello de eternidad necesario para seguir caminando?
O que obnubilados por una belleza descubierta no podemos sino representarla, en un gesto ancestral de posesión y búsqueda más allá de lo racional, de lo establecido, de las convenciones de siempre?
Cabe ensayar una respuesta?
O es el acto mismo de crear el comentario del hombre a la Creación, frente a la cual lo único que cabe es la contemplación?
Crear es como el latir para el corazón. No necesita explicación, pero si ejercicio.
Y con el ejercicio se consigue, a partir del mucho trabajo, el pequeño logro, el hallazgo... que deja siempre sembrada una nueva intriga, el proyecto de un paso por dar, la esperanza del camino no recorrido, la luz del horizonte al este... donde amanece.

(En la foto: Mariscal y sus tipografías corpóreas).