14 jul 2012

hombreFuente







Fritz, que mucho no escribía, una tarde mirando por la ventana volcó esta idea en su cuaderno: "…Rembrandt es como Goethe, un él mismo unificadoun centro trascendente rebasando vitalidad..."
Fritz percibía fenómenos y los comunicaba con una frontalidad y claridad inauditas.
Claro que sí! Rembrandt es un ser humano unificado, que ha vivido mucho, que emana vitalidad en cada uno de sus gestos.
Y sus gestos son trascendentes. Y cargadísimos de sentido.
Pasan los siglos y sus sentidos se multiplican. 
Tratados se han escrito y se seguirán escribiendo sobre su obra. Sobre él. Porque aún tratamos de comprenderlo. 
Como sucede con Bloom, y con su creador. Con las ciudades suspendidas en el espacio, y con Gyula. Con el hermetismo de Christo y Jeanne Claude. Con la mirada de Yves Klein.
El ser humano como fuente. Eso es lo que percibió Fritz. Porque lo vio en sí mismo, mientras trabajaba dando salud a otros, creando, pensando, pintando, viajando, viviendo...